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martes, 22 de marzo de 2016

Nubes

La tarde se presentó con la actitud desagradable que define a los malos días. Una tarde de Blues, como las llamaba Chico en silencio, cuando el diálogo interno se despistaba y él lograba hacerse consciente de sus estados.

"Me siento en un banco y contemplo la tarde que hace contraste con el día azul que me ha tocado", narra Chico en su mente, cambiando el tiempo narrativo al momento presente.
Tratando de ser consciente de su estado.

Ahora mismo una harmónica rasga la escena rodeada de guitarras eléctricas y percusión y Howlin' Wolf volviéndose viejo y gris.
Explosión estática de nubes de fuego sobre fondo azul. El núcleo propio de la explosión parece ser el responsable del azul que colorea los marcos de la escena junto con la silueta de los obstáculos visuales.
Chico siente una presencia junto a él.

Un señor viejo y gris silencia paulatinamente a Howlin' Wolf con una palabra muda que se hace audible poco a poco.
- ¿...nubes? - dice, terminando una frase sin principio.
- Perdone, no le oía - le digo, señalando con las cejas los cascos que tengo en las manos.
- ¿Mirabas las nubes?
- Sí. Son un espectáculo.
El Viejo sonríe. Se queda en silencio, contemplando conmigo el espectáculo. Por alguna tendencia social, no vuelvo a ponerme los cascos. Sólo queda la reminiscencia en miniatura de Howlin' Wolf aullando desde mis dedos en pinza.

- Disfruta del espectáculo mientras puedas, Chico - dice una voz profunda desde las entrañas del viejo -. En unas horas dejará de ser esa explosión estática de fuego y colores. Luego sólo quedará un cuadro distinto...
Y, manías de la vida, el viejo y Chico hablar al unísono:
- Y el recuerdo - dicen Chico y el viejo con tal precisión que no son capaces de distinguir con cuál de las dos voces se han pronunciado.

Chico recupera de pronto el hilo de su vida. A punto de perderlo todo en la vida, se había olvidado de contemplar el presente. El viejo le estaba dando una lección, en realidad.
- Lo que usted quiere decir, creo, es que por mucho que nos guste lo que tenemos, debemos aceptar que no es para siempre. Que lo disfrutemos mientras lo tengamos. En definitiva, aprovechar el momento porque la vida sigue mostrando siempre un cuadro nuevo...
- No, yo sólo hablaba de las nubes, Chico ¿Cómo te llamas?
- Hace mucho tiempo que perdí el nombre. Gracias por su sabiduría. Debo irme.

Chico se levantó. Las respuestas las tenía él todo el tiempo. Disfrutó del viaje hasta casa con algo más que contar.
El viejo se quedó allí, recordando que también él había olvidado su nombre. Recordando la tarde que lo había perdido todo, y sólo necesitaba contemplar los dibujos del cielo.

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